Los niveles de sal pueden variar significativamente en los alimentos de preparación rápida que venden seis grandes empresas, en varios países desarrollados, lo que sugiere que las cuestiones técnicas, a menudo citadas como barreras para las iniciativas de reducción del consumo de sal, no son el verdadero problema, según un estudio publicado en 'Canadian Medical Association Journal' (CMAJ).
Un equipo internacional de investigadores de Australia, Canadá, Francia, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos, han analizado datos sobre el contenido de sal de 2.124 productos, de seis empresas. Las empresas fueron Burger King (conocida como Hungry Jack, en Australia), Domino's Pizza, Kentucky Fried Chicken, McDonalds, Pizza Hut y Subway. Se analizaron productos para el desayuno, hamburguesas, productos de pollo, pizza, ensaladas, sándwiches y patatas fritas.
Los altos niveles de sal en la dieta se han vinculado a tensión arterial alta, y otros efectos adversos para la salud. Las estimaciones muestran que las reducciones en el consumo de sal pueden resultar en una disminución significativa de las muertes. De ahí que varios países, como Reino Unido, Irlanda, Finlandia, Japón, y otros, han establecido políticas de reducción de sal o de su etiquetado en algunos tipos de alimentos.
Excusas de la industria
Sin embargo, las compañías de alimentos, a menudo, citan cuestiones técnicas de procesamiento de alimentos como principales obstáculos para la reducción de la sal, afirmando que son necesarias nuevas tecnologías y procesos para hacer productos con un menor contenido de sal.
En el estudio se observó que los niveles de sal en alimentos similares variaron ampliamente entre los países, siendo la comida rápida en Canadá, y EEUU, la que contiene niveles más altos de sodio, en comparación con la del Reino Unido y Francia. En Canadá, los Chicken McNuggets de McDonald contenían dos veces y media más de cantidad de sodio - 600 mg de sodio (1,5 g de sal) por 100 g de porción, en comparación con los 240 mg de sodio (0,6 g de sal) por 100 g, en porciones del Reino Unido.
"Hemos observado una marcada variabilidad en el contenido de sal de los productos ofrecidos por las principales empresas transnacionales de comida rápida", afirma el doctor Norman Campbell, de la Universidad de Calgary. "Las empresas canadienses indican que han estado trabajando para reducir el sodio, pero su alto contenido en estos alimentos indica que los esfuerzos voluntarios no están funcionando", añade Campbell, "estos altos niveles muestran el fracaso del enfoque actual del gobierno, que deja la reducción de sal solamente en manos de la industria".
Los autores creen que esta es una oportunidad para ampliar la reformulación generalizada de los productos que contienen los niveles más bajos de sal, un cambio que podría ser introducido gradualmente a lo largo de varios años, para minimizar la reacción de los consumidores.
Reducir la sal en las comidas rápidas parece ser técnicamente factible, y es probable que produzca beneficios importantes en la salud de la población.