La tierra ha vuelto a temblar en la región italiana de Emilia Romagna, donde hace exactamente nueve días ya se registró un fuerte terremoto que se cobró la vida de siete personas.
Hubo decenas de réplicas de distinta intensidad durante la mañana de este martes, pero la más fuerte tuvo lugar a las 9.00 horas y fue de 5,8grados en la escala de Richter. Se sintió en todo el norte de Italia, desde Turín a Florencia pasando por Milán, sembrando el pánico. Horas más tarde, hubo una nueva sacudida de magnitud 5,6 en la misma zona.Al menos 15 personas fallecieron, todas en la provincia de Modena, y hay siete desaparecidos.
Aparte, se han apreciado nuevos temblores en el norte de Italia, en especial en las ciudades de Modena, Brescia y Milán.
La mayoría de las víctimas murieron al venírseles encima los techos de naves industriales que ya se habían visto afectadas por el anterior seísmo del día 20. Dos de las víctimas se registraron en San Felice, una localidad en la que ya en el anterior seísmo hubo varios muertos.Otra perdió la vida en la localidad de Mirandola.
Pero no se descarta que puedan ser más los fallecidos: varios edificios se han venido abajo y se teme que pueda haber personas atrapadas bajo los escombros. Las informaciones en ese sentido apuntan, por ejemplo, a que la Iglesia de San Francesco en Mirandola se ha derrumbado.
Los expertos sostienen que el seísmo de mayor magnitud tuvo su epicentro en la cercana localidad de Medolla. El terremoto habría sido bastante superficial, situándose a una profundidad de unos 5 ó 10 kilómetros, lo que ha permitido que se advirtiera en todo el norte de Italia.
El pánico se ha apoderado de numerosas personas. En Bolonia, por ejemplo, fue muchísima la gente que se lanzó aterrada a la calle al sentir la sacudida. Varias escuelas y universidades fueron evacuadas.
También en Milán fueron desalojados numerosos edificios del centro, incluida la sede de la región Lombardía. En Florencia también se interrumpieron las lecciones y se evacuaron los colegios. Los teléfonos de los bomberos se vieron desbordados de llamadas.